América Latina y Caribe tienen una desaceleración económica generalizada y sincronizada , completando seis años consecutivos de bajo crecimiento. La información se presentó en el último informe anual de "Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe ”publicado Comisión Económica para América Latina y el Caribe( CEPAL ) a fines de 2019.

El documento señala un escenario macroeconómico que es desfavorable con la disminución de producción, inversión, consumo y exportaciones y deterioro de la calidad del empleo. La proyección de CEPAL es que en 2019 el crecimiento económico será de alrededor del 0.1% de la producción en 2019. Las estimaciones de crecimiento para 2020 seguirán siendo bajas , con un porcentaje de 1.3. Según las proyecciones de CEPAL , el período 2014-2020 será el crecimiento más bajo en siete décadas para las economías de la región.

La falta de crecimiento en América Latina ha aprovechado una serie de políticas neoliberales en las economías del continente. Argentina y Brasil, bajo el gobierno de Mauricio Macri y Michel Temer, respectivamente, aprobaron cambios importantes en legislación laboral, para generar nuevas inversiones y crecimiento económico. En 2019, siguiendo la agenda neoliberal de Temer, el gobierno de Jair Bolsonaro aprobó el llamado seguridad social. Otro país donde experimentó cambios en la seguridad social fue Nicaragua de Daniel Ortega.

Incluso aplicando medidas de austeridad fiscal, la economía de estos países de América Latina no ha mejorado. En 2014, la tasa de desempleo en la región fue del 6,1%. La proyección para 2019 es de alrededor del 8,2%, un crecimiento del 37,7% durante 2014-2019. Según CEPAL y Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2020, se espera que el número aumente a 8.4%, con 25.3 millones de personas desempleadas en América Latina .

En este escenario, el porcentaje de trabajadores asalariados latinoamericanos preocupados o muy preocupados por perder sus empleos aumenta. Según los datos de CEPAL, en Brasil , Ecuador y Venezuela esta estimación supera el 70% . Lo que también está creciendo, debido al aumento del desempleo, es el número de trabajadores en condiciones de informalidad. El deterioro del mercado laboral formal puede verse en el hecho de que el trabajo por cuenta propia creció un 3%, mientras que el empleo asalariado aumentó un 1,5%.

El concepto de trabajo vulnerable para OIT incluye trabajadores independientes, trabajadores familiares auxiliares y asalariados no registrados. El país con la tasa más alta de empleo vulnerable está en Bolivia, mientras que en Costa Rica el porcentaje es del 20.1%. El promedio en América Latina y Caribe es del 32.7%, es decir, de cada 100 empleos, casi 33 se consideran vulnerables.

“Un componente que contribuiría al aumento de las actividades de trabajo autónomo es el trabajo organizado por plataformas digitales. Si bien las relaciones establecidas por estas plataformas son heterogéneas, se puede decir que los modelos que profundizan la informalidad y la precariedad del trabajo”, punto CEPAL y OIT.

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